martes, 1 de abril de 2014

Embarazo en ultramar, obstetra y doula, parte I.

Como ya sabéis la mayoría de mis amigos y seguidores del blog, estoy esperando un bebé para octubre. Gran noticia por un lado y un mar de nuevas sensaciones por otro. Efectivamente, puedo decir eso que tanto se oye, de que un embarazo no es igual al anterior. Así que creo que que también me voy a acoger a esas otras frases que pasan de generación en generación como: un parto no es igual que otro, y cada niño es un mundo. Miedito me dan estas frases, porque yo quiero otro Pablito….. uuuaaa!!!!


De 8 semanas, foto tirada con el móvil. Recuerdo maravilloso.


Mañana haré 11 semanas y ya he visitado a mi obstetra, me he hecho ecografía y análisis, por el momento todo va fenomenal. Me ha costado mucho encontrar un obstetra que atienda de verdad partos naturales, y recalco lo de "de verdad", ya que aquí en Brasil el número de cesáreas es súper elevado, creo que llega a un 40%, y me horroriza. No voy a entrar a juzgar si alguien quiere elegir un tipo de parto u otro, porque eso es un tema aparte. Lo que me da total desconfianza es que la mayor parte de los obstetras de este país, dicen, te venden, que atienden partos naturales, pero luego siempre encuentran una gran razón para llevar a cabo un cesárea. ¿por qué será? creo que están de sobra las respuestas que a todos nos pasan por la cabeza. Imaginad cómo me quedaba yo cuando preguntaba a todas las Curitibanas que conozco, madres del cole, amigas fuera del cole, vecinas… etc: ¿tú gine atiende partos naturales? - síííí, es un gine excepcional - y… ¿cómo fue tu parto? - Yo quería natural, pero fue cesárea porque….(y aquí cada una te cuenta una historia). De todas a las que he preguntado, que han sido 11, las 11 me contestaron exactamente lo mismo, y luego tengo a las que no he preguntado pero que sé que también han pasado por cesárea. Así que imaginad la indefensión que he sentido, el miedo, y la dificultad que he pasado a la hora de elegir un obstetra que tenga como valor principal en su trabajo el respeto a la mujer y el nacimiento de un ser humano, que sepa escuchar nuestro cuerpo, que sepa respetar los tiempos, y que sea un profesional de los pies a la cabeza como para ser capaz de atender cualquier parto de la naturaleza que sea, y como venga. Porque no lo he mencionado, y tampoco me apetece mucho hablar del tema, aquí si no quieres emociones fuertes se hace todo pagando, y por esto es que he elegido quién será mi obstetra y quién atenderá mi parto.

Por suerte, aunque también lo pagaré a parte, mi obstetra trabaja codo con codo con una doula. Una figura que va recuperando su lugar, y que fue llevada a un segundo plano con la llegada de los partos medicalizados. Ella se encargará de velar exclusivamente de mi bienestar físico, emocional y afectivo, antes, durante y después de dar a luz. En mi caso, todo un acierto, ya que estar lejos de lo que ya conocía, lejos de mis lazos, lejos mis mundo, me ha hecho sentir mucho más vulnerable aunque a la vez más fuerte, por eso creo que será un ayuda excelente, y que la hubiera escogido también en mi primer embarazo, de no ser porque desconocía la existencia de estas mujeres apasionadas por el nacimiento humano y por la fuerza sobrenatural que todas poseemos de dar a luz y crear vida, el momento más importante de nuestras vidas, de madres y de hijos.

Como datos curiosos que me han pasado en la consulta, estudios realizados apuntan que la actuación de una doula en la asistencia de un parto:

  • disminuye un 50% las tasas de cesárea.
  • disminuye un 20% la duración del trabajo de parto.
  • disminuye un 60% las peticiones de anestesia.
  • disminuye un 40% el uso de oxitocina.
  • disminuye un 40% el uso de fórceps y ventosa.

La doula que me asistirá, trabaja antes, durante y después del parto.

Antes del parto:
  • Orienta a la futura mamá y al futuro padre o compañero sobre qué debemos saber sobre el trabajo de parto (toda la fase de dilatación), parto, y post-parto.
  • Ayuda a la embarazada a exponer sus miedos y sus deseos, contribuyendo para que la mujer se prepare física y emocionalmente para el parto.
  • Además de ésto, proporciona lecturas y artículos, y ayuda en la elaboración de un plan de parto.

Durante la fase de dilatación y parto:

  • La doula crea cohesión entre el equipo del hospital elegido y la pareja, para crear de este modo un ambiente acogedor.
  • Ayuda a la mujer con técnicas no farmacológicas para el alivio del dolor, sugiere posiciones para ayudar a un buen desencadenamiento en la dilatación, y en el parto, además de incentivar a la parturienta a mantenerse activa durante todo el proceso.
  • Ofrece apoyo afectivo, físico y emocional a la parturienta y a su acompañante.

Post-parto:

  • Ayuda en el proceso de amamantación y cuidado del bebé.
  • Ofrece soporte para la nueva familia, ayudando a entender los cambios que la llegada del nuevo miembro trae al hogar.

Todo este trabajo que la doula llevará a cabo, está basado en diferentes técnicas como la hidroterapia, masaje, visualizaciones, contacto tranquilizador, movimientos rítmicos, respiración y relajación.


Os dejo con la poesía que me ha regalado mi obstetra, un regalo para todas nosotras (autor desconocido):



"¡Hoy mi cuerpo no es perfecto!
Pero tengo hijos saludables y preciosos… ¡y me enorgullezco de eso!
Cada marca, cada centímetro de mi piel…
Respetan la experiencia maternal que tuve.
Al verlos nacer… crecer…
y por tenerlos a mi lado en cualquier situación.
Tuve una época en la que mi cuerpo era perfecto…
Perfecto… para amamantar en mi pecho…
Perfecto… para anidar en mis brazos…
Perfecto… para mirar con cariño…
Perfecto… para cargar en mi vientre…
Perfecto… para proteger con mi corazón…
¿y sabes qué?
¡no me arrepiento de nada!
Tengo una recompensa diaria desde entonces…
Partes de mí… que me llaman mamá.
Eso no tiene precio… ¡y borra cualquier imperfección!
(se lo dedico a mi madre)



Te animo a que nos cuentes tu experiencia de ser madre, un abrazo.

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